En Los Cabos, Javier Lizárraga es conocido como "Mr. Caterpillar", un título que obtuvo gracias a su flota de equipos Cat® y a su compromiso de enseñarle a la próxima generación cómo operarla.
En retrospectiva, parece que estaba destinado al título, incluso cuando era niño. Al crecer en Puerto Peñasco, Sonora, a Javier le encantaba ver las máquinas que venían cada año a nivelar las dunas de arena. "Me volvería loco viendo esas máquinas", nos dijo con cariño.
Cuando se mudó a Hermosillo en 1980 para estudiar ingeniería civil, lo primero que quiso hacer fue ver dónde se vendían las máquinas Cat. "Fui a Matco [el distribuidor Cat local] y le dije: 'Sueño con conocer esta empresa.Y nunca ha mirado atrás.
El equipo de Matco no se limitó a mostrarle las máquinas del concesionario; Le ayudaron a coordinar visitas para ver dónde se fabrican las máquinas. "Matco me ayudó a cumplir un sueño", nos dijo Javier. "Visitar las fábricas de Caterpillar, ver el equipo, los cargadores, los minicargadores. Me enamoré de esas máquinas. Desde entonces, siempre he comprado y trabajado con equipos Caterpillar".
Ahora, como Director General de Construcciones Lizárraga, Javier lidera una de las empresas constructoras más grandes de la región. Su flota amarilla se ha convertido en un elemento básico local que se puede ver trabajando en todo, desde infraestructura urbana como canales y puentes hasta grandes proyectos residenciales. "Ese amarillo se destaca", nos dijo. "Les da a sus clientes una sensación de seguridad. Recibimos solicitudes de trabajo de todas partes. Eso nos dice que estamos haciendo las cosas bien".
Pero para Javier, construir una empresa exitosa no era suficiente. Quería crear algo más significativo, algo que pudiera apoyar a su comunidad y animar a otros con él.
"A veces, como empresarios, estamos demasiado centrados en ganar dinero y nos olvidamos del lado humano", explicó. "Quería construir un tipo diferente de empresa, donde la gente pudiera sentirse satisfecha y feliz de trabajar con nosotros".
Esa visión lo llevó a abrir su propia escuela de operadores, 100% gratuita para la comunidad. Con el apoyo de Matco, la escuela capacita a los estudiantes desde cero, enseñándoles a operar maquinaria de manera segura y hábil. "Si vemos que alguien tiene la capacidad, lo inscribimos en cursos para que pueda crecer con nosotros", dijo Javier. "Eso también apoya a sus familias y a la comunidad".
Espera expandir la escuela en el futuro agregando programas para mecánicos, soldadores, trabajadores corporales y más. El objetivo es más grande que la simple capacitación laboral. Javier quiere ofrecer a sus estudiantes la oportunidad de construir una carrera y una vida estables para sí mismos, incluso si en última instancia esa carrera no está en su empresa. "No les pido que vengan a trabajar para mí", dijo Javier. "Lo único que les pido es que tengan disciplina y se alejen de los vicios". Su esperanza es que al ofrecer a los jóvenes caminos hacia una carrera, sea menos probable que se involucren con pandillas locales. A largo plazo, los estudiantes de hoy podrán apoyar mejor a sus familias, sentando las bases para una vida mejor y más estable para las generaciones futuras.
Ya sea que esté dirigiendo operadores o enseñándolos, Javier "Mr. Caterpillar" Lizárraga representa lo mejor de nuestra industria: un compromiso de construir comunidades más fuertes para un futuro mejor y un reconocimiento por las personas y los equipos que hacen posible ese futuro.